Me he preguntado muchas veces qué hecho , qué tipo de acontecimiento podría en nuestro tiempo, la época de las comunicaciones y la tecnología digital , equiparse al que tuvo lugar la tarde del 31 de Marzo de 1835 en el teatro de los italianos de Paris y en verdad que no encuentro nada que pueda asemejarse hoy a un hecho tan singular y espontáneo. Se asistía aquella tarde a la última representación de la temporada de I Puritani, en una atmósfera particularmente festiva en la que el entusiasmo por los cantantes y la música de Bellini se mezclaba con una cierta melancolía pues el teatro cerraba sus puertas hasta el próximo Otoño y los asiduos diletantes del Sena se despedían de una bellísima y jovencísima (24 años) Giulia Grissi , que había interpretado una dulce y fragante Elvira. Después del aria del 2º acto, "Qui la vocee suave" el barítono Tamburini y el bajo Lablache , naturalmente habían tenido que bisar la invocación escarlata de la Tromba intrépida entre aplausos interminables. Llegó por fin el 3º acto, sobre el escenario Gian Battista Rubini había ya hecho su ardiente invocación a la patria y se disponía a atacar el dulcísimo andante, "A una fonte affito e solo ", cuando desde la platea fue lanzado sobre la escena un papel al mismo tiempo que desde varios puntos del teatro se gritaba dirigiéndose al tenor: "LISEZ , LISEZ " ( lea, lea …) .
Rubini ,el famoso tenor de Bergamo , ya había sido en otras ocasiones protagonista de extraños sucesos en los teatros , por momentos se mostraba confuso , el tumulto iba en aumento y era tal griterío que obligó al director de orquesta a interrumpir el espectáculo. El caballero ataviado con sombrero de plumas , Lord Arturo , recogió el mensaje y después de leerlo, avanzando sobre el escenario se inclina y dice : " Messieurs , avec un gran plaisir " .
En ese momento todo el teatro irrumpe en aclamaciones, y en medio de tal algarabía el pobre Bellini allí presente , sin saber cómo enfrentarse a un incidente imprevisto que amenazaba con cambiar la estructura de su obra , se apresuró a preguntar qué estaba sucediendo . La explicación le fue dada enseguida: " Son los abonados y los habituales del teatro que le piden al tenor que regale al público , fuera de programa, un aria de otra ópera aunque del mismo autor, Il Pirata" , y el aria en cuestión era , según me parece recordar; "Il furor de la tempesta " o quizás aquella otra ; " Tu vedrai la sventurata " .
El caso fue que aquellos apasionados diletantes del Sena pudieron por fin escuchar esa aria que había sido precedida en sus oídos por las palabras más extraordinarias y emotivas , representativa ya de una nueva manera de sentir y cantar que rompía definitivamente con las formas de los últimos virtuosos , los castrati que todavía hacían sentir su influencia , pero ya no por demasiado tiempo . El mundo sonoro del barroco hacía aguas y una nueva manera comenzaba a abrirse paso. Una nueva manera que fue percibida intuitivamente por el genio de Bellini , de cuyo trabajo y comprensión del hecho artístico va a depender fundamentalmente la personalidad artística de Rubini , forjada en lo fundamental en el trabajo con el músico de Catania , a instancias de éste y durante la preparación y los ensayos de la obra Il Pirata , cuyo protagonista, Gualtiero, ideó éste como es sabido para la voz del tenor de Bergamo. El resultado obtenido de esa colaboración fue que Rubini dejó de ser simplemente ese Usignolo al que se refería Rossini , cuando quería resumir con una palabra las características de un canto florido y preciosista , conocedor de todas las técnicas del virtuoso y además adornado por la belleza inefable del sonido angelical que dicen que desprendía el timbre de Rubini como ha quedado acreditado por diversos testimonios.
En ese salto descrito podemos rastrear sin duda las entrañas del romanticismo y el final del mundo del barroco y el clasicismo musical.
Al día siguiente , Bellini que aquella tarde había escuchado probablemente sus últimos " Puritani ", pues no le quedaban ya por desgracia y pese a su juventud más que unos pocos meses de vida , relataba por carta el episodio sucedido concluyendo su narración con las siguientes palabras: " No te digo ya nada de la impresión y de los aplausos "
Aprendí hoy sobre mi pasatiempo favorito y practicamente único!
ResponderEliminarHe aprendido algo nuevo sobre mi pasatiempo favorito y único!
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